El origen del nombre Cuba se presume de origen taíno, uno de los dos grupos indígenas preponderantes en el archipiélago antes de la llegada de los conquistadores españoles. En lengüa taína significaría algo como "la Tierra Fértil" o "La Isla Grande", otros lo asocian como derivativo del vocablo árabe Kaabah debido a no sé que semejanza o qué asociación de ideas de alguna característica geográfica cubana con el cubo construído en La Meca, Arabia Saudí para alojar el famoso seboruco negro que visitan los musulmanes en peregrinación. Otros prefieren la sencilla versión de que proviene del mismo nombre que la antigüa ciudad de Cuba, en Portugal.
Lo que sí no cabe duda es que quien le puso el nombre de Cuba a este hermoso archipiélago (no es una sola isla), no pensó jamás en Fidel Castro y su camarilla que llevan en el poder ya medio siglo. Pero Fidel no. Cómo suele hacer con todo, se ha apropiado hasta de la etimología de las cosas, ha revirado la geografía, ha desafiado la genética, ha inflado la medicina, jugado con la arquitectura y con la agricultura (si lo sabremos), en fin, que ha jugado a ser Dios. El apropiarse del nombre de "Cuba" y convertirlo en sinónimo de su retórica y bravucona satrapía es una característica que impuso desde los primeros años. Todo lo que estaba de acuerdo con su espasmódico y verborreante populismo, podía quedar clasificado como cubano. El que no, pasaba a convertirse en la no persona, en el no ciudadano, en el enemigo, el gusano y al final en ANTICUBANO.
Hasta hoy siguen con la misma costumbre y se la han contagiado a otros que ni cubanos son. Las consignas "Cuba no se asusta", "A Cuba no se le intimida", etc, son parte de la misma verborrea con pretensiones de nacionalismo. Cuba ha pasado a ser "lingüisticamente revolucionaria", un bloque monolítico de política y cultura. Lo que no pasa por el tamiz revolucionario, no merece ser llamado cubano. El que se muestra inconforme con las posturas del sistema dictatorial cubano, ese es un "enemigo de Cuba" o más bien "anticubano", gusano y apátrida. los que le siguen el ritmo a la música que tocan los Castro y le aplauden todos sus desmanes son los llamados "amigos de Cuba" y los que son personajes más o menos públicos que han sido considerados amigos y en un momento determinado no comulgan con una de las injusticias castristas, son los "amigos confundidos". No se les llama inmediatamente enemigos o anticubanos pues son de los que han demostrado un alineamiento bastante fiel hasta ese momento y además por su prestigio no es conveniente atacarles abiertamente.
Pues nada, que no le bastó con apropiarse de nuestras vidas y decidir con ellas lo que se le antojó, sino que también nos ha enmarcado en clasificaciones y se ha apropiado del lengüaje.
Lo que sí no cabe duda es que quien le puso el nombre de Cuba a este hermoso archipiélago (no es una sola isla), no pensó jamás en Fidel Castro y su camarilla que llevan en el poder ya medio siglo. Pero Fidel no. Cómo suele hacer con todo, se ha apropiado hasta de la etimología de las cosas, ha revirado la geografía, ha desafiado la genética, ha inflado la medicina, jugado con la arquitectura y con la agricultura (si lo sabremos), en fin, que ha jugado a ser Dios. El apropiarse del nombre de "Cuba" y convertirlo en sinónimo de su retórica y bravucona satrapía es una característica que impuso desde los primeros años. Todo lo que estaba de acuerdo con su espasmódico y verborreante populismo, podía quedar clasificado como cubano. El que no, pasaba a convertirse en la no persona, en el no ciudadano, en el enemigo, el gusano y al final en ANTICUBANO.
Hasta hoy siguen con la misma costumbre y se la han contagiado a otros que ni cubanos son. Las consignas "Cuba no se asusta", "A Cuba no se le intimida", etc, son parte de la misma verborrea con pretensiones de nacionalismo. Cuba ha pasado a ser "lingüisticamente revolucionaria", un bloque monolítico de política y cultura. Lo que no pasa por el tamiz revolucionario, no merece ser llamado cubano. El que se muestra inconforme con las posturas del sistema dictatorial cubano, ese es un "enemigo de Cuba" o más bien "anticubano", gusano y apátrida. los que le siguen el ritmo a la música que tocan los Castro y le aplauden todos sus desmanes son los llamados "amigos de Cuba" y los que son personajes más o menos públicos que han sido considerados amigos y en un momento determinado no comulgan con una de las injusticias castristas, son los "amigos confundidos". No se les llama inmediatamente enemigos o anticubanos pues son de los que han demostrado un alineamiento bastante fiel hasta ese momento y además por su prestigio no es conveniente atacarles abiertamente.
Pues nada, que no le bastó con apropiarse de nuestras vidas y decidir con ellas lo que se le antojó, sino que también nos ha enmarcado en clasificaciones y se ha apropiado del lengüaje.