Nunca me ha cabido duda de que son "brazo de La Ley", brazo, porque cabeza, eso sí que no.
La policia en Cuba es un fenómeno interesante. A pesar de la cosmética que le quieran aplicar mediante seriales televisivos como "Día y Noche", la realidad dista mucho de la que aparece en pantalla. Esos galantes, educados policías que acuden rápidamente a defender al ciudadano (por supuesto a los revolucionarios) que son los que según el patrón oficial merecen el calificativo, son en realidad ñames pero sin corbata.
La mayoría de ellos viene de las provincias orientales siguiendo tres motivos esenciales. Uno de ellos obedece a la necesidad del régimen de tener personas menos identificadas con los habaneros puesto que de ese modo reprimirán mejor a quien no conocen y por regla general envidian. El otro motivo esos habitantes semiilegales optan por un trabajo que les garantizará la permanencia en la capital al mismo tiempo que no les exige una preparación escolar alta y de ahí viene el tercero, y ese tiene que ver más con la condición humana de cada cual, y es la capacidad intelectual o cultura general. Quien no hace gala de muchas luces, pues es más proclive al abuso, al golpe, al desprecio por el más débil y a la ostentación de la autoridad. Alguien muy jodedor preguntó a un policía que era nada menos que jefe de sector qué eran los derechos humanos. El tipo no sabía responder que eran pero sí aseguró que al primero que le hablara de "contrarrevolución" le metía un bastonazo.
Una amiga desconsolada me refería cuan desgraciada se sentía por el noviazgo de su hija. Como sé que muchos cubanos arrastran un racismo folklórico imaginé que ese era el motivo principal. No, no era eso lo que más le dolía, ni siquiera que fuera oriental. Era policía.
Thursday, December 17, 2009
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